agosto
despierta de golpe con el sol entrando por la ventana. Frunce los ojos hasta que se adapta a la luz, su cabello enmarañado le cae por la espalda desnuda
dió salvar al comodoro en primer lugar. Ya ella estaba dispuesta a matarlo cuando le apuntó con aquella arma. Sin embargo, la capitana es una mujer muy
salvarlo, lo más probable es que el comodo
jos miel y esa mandíbula cuadrada, su cara es
hace dar un respingo, como si la hubie
ejillas. Se pone de pie y se coloca un camisón
ás mo
o tiempo. Tengo que ir a hablar con mi
dos? —El pirata
e tanto estar sentados ahí. Ya no salen
sta la cocina de la casa y toma un par de manzanas. Le
ú ibas a ser una de
ta vez se coloca una falda que es corta adelante y más larga atrás, una blusa que deja ver sus hombros blancos y e
da cuenta de que realmente él espera que diga que n
a no quiero
Ah
ajada mientras se coloca
iones en la isla. Necesitaré pruebas si qu
gura de que f
ara matarlo. —Vuelve a reírse
oce su nombre. Arden está demasiado bueno para ser un pirata. La mayoría de los hombres con los que
bronceada parece de cobre, y ese rostro de ángel caído la hace dar más de un suspiro. La muje
ue ella salga de sus cavilaciones. No se ha d
a —responde co
bres más guapos que ha visto en su vida. Y ella ha convivi
de taberna. Muy pocas de ellas tenían su edad. La mayoría son mayor
s lo conocían como “La serpiente de mar”. Catherine lo conocía desde que era una niña, y
s en una mesa como ella le describió a Arden, así que,
camina por la playa para luego introducirse un poco en la selva y llegar hasta la casa de Evelyn. Cuando llega, una pequeña cabaña de madera la recibe. No es la mejor cabaña de la isla, pero es un lugar bastante bonito. Tiene un porche afuera, con tres sillas dispuestas; dos a la izquierda y una a la derecha. La capitana se la conoce como la palma de su man
a en voz alta, per
haber nadie en el recibidor. Toma la decisión de entrar y entonces escucha una especie de gritos que vien
tos no son de auxilio, sino de placer, y su amiga no está en peligro real; el único pe
abajo sobre el hombre entre sus piernas. El sujeto también la mira, pero vuelve a lo suyo sin prestarle demasiada atención. Catherine sale de
a sale hasta afuera de la casa c
tus futuros traumas por v
ro, en mi defensa, pensé que te estaban l
ara y luego vuelve a reír. Catherine también se r
unir a los s
aminan, la detalla de espaldas. El cabello rubio de la chica le cae en ondas hasta la cintura. Su cuerpo está oculto por el camisón,
en la isla —su
Cómo pue
del rey Julius? —Evelyn asiente—, era un
qué crees que era una trampa? Lo más seguro es que estaba ahí
o que había prepara
a sonreír y le resta importan
adea la boca y se encoje de hombros—, pero bueno, si qu
ias E
ue cuelga del techo de la cabaña y saluda a un pequeño loro que está dentro. El lorito parece emocionarse cuando la ve, ladea la cabeza y empieza a hacer ruidos que parecen un intento de repetir alguna palabra
aje a mi padre —or
al pájaro y este sale volando
dad sabe
í, él es muy
demorará? —quiere
es espera aquí, debo ir a aten
está desnudo y la espera con una erección ya latente. Ella desvía la mirada para no parecer una acosadora, y vuelve a
e más que no sea él. Con Arden las cosas no eran solo sexo, había una conexión mucho
esta vez con el camisón a medio poner, se le sale
spera dentro de una hora en
y b
así que se detiene en una parte de la playa que está completamente vacía. El mar la llama, como un hechizo que la hipnotiza, el agua se ve increíble y tentadora; entonces decide meterse un rato. Se deshace de su
allí o podrían verla tal y como Dios la trajo al mundo. Se deja llevar por el mecer suave d
do entrever cada jodido músculo de su cuerpo. Por alguna razón ella no tiene la sensación de salir corriendo, en cambio, deja que el comodoro tome su cuerpo y la acerca a él. Sigue flotando en el agua y sus miradas no dejan de estar sobre los ojos del otro. Entonces el comodoro
seo. Catherine suspira en sus labios y sucumbe a los instintos que le dicen que se deje hacer suya por completo. El embriagante aroma del comodoro la enloquece.
za a toser. Gatea en cuatro patas lejos del agua hasta la orilla. Se apresur
ida y había perdido l
sas con ese hombre? —se cuestiona. Su entrepierna está
obre pensarlo demasiado, y corre de vuelta