Además de que a Candice le costaba trabajo respirar, la oscuridad aumentó gradualmente su ansiedad.
¿Qué había querido decir Madilyn? ¿Entonces Greyson la quería muerta?
Ella fue violada por un extraño, firmó el divorcio un día después de casarse y le quitaron la fórmula de su familia.
¿Y ahora su exmarido quería asesinarla?
Resultaba que Madilyn no era la única que quería hacerle daño, sino que probablemente Greyson estaba confabulado con ella.
Candice estaba perdida en sus pensamientos cuando escuchó las carcajadas de Madilyn alejándose de ella.
De pronto, Candice se quedó sola y los maleantes comenzaron a arrastrarla con rumbo desconocido.
Luego de media hora, ella respiró hondo y se obligó a calmarse.
El lugar donde se encontró con Madilyn estaba cerca de la zona residencial a punto de ser demolida al sur de la ciudad, por lo que muchos residentes ya se habían mudado.
¡Obviamente nadie se acercaría aquí y menos en la noche!
"¡Vaya que esta chica es hermosa! ¿Qué tal si primero nos divertimos un poco con ella?".
"No hay que arriesgarnos, solo mátala y arrojémosla al sótano. Mañana vendrán las personas encargadas de demoler el lugar, y entonces, nadie podrá descubrir cómo murió".
"¡Es una pena que una mujer tan sexy vaya a terminar de esa manera! Vamos a divertirnos un rato. ¡De cualquier modo no tenemos ninguna prisa!".
"Tienes razón. ¡Me estoy excitando con solo mirarla!".
"Okey, pero hazlo con cuidado. No quiero que ella se escape".
Mientras se reían, los rufianes miraron lascivamente a Candice.
Por su parte, luego de escuchar su plan, ella luchó y pateó con todas sus fuerzas, haciendo que le quedaran unas marcas rojas en sus muñecas.
"¡Maldición!", gritó uno de los vándalos mientras la pateaba.
La joven estaba revolcándose de dolor cuando otro de los criminales exclamó:
"¿Quién está ahí? Te lo advierto, ¡no te metas en lo que no te incumbe y lárgate de aquí!".
¿Cómo? ¿Eso significaba que había alguien cerca?
Candice estaba preguntándose esto cuando escuchó unos pasos acercarse.
¡Era su oportunidad de ser salvada!
Ansiosa, ella hizo todo lo posible por liberarse y correr hacia esa persona.
Era tanta su prisa que cayó al suelo y se agarró firmemente de una de sus piernas. Ciertamente no podía ver nada, pero eso era lo que menos le preocupaba.
"¡Ayúdame!", gritó con voz ronca.
El extraño frunció el ceño mientras la contemplaba, y al notar que su cabeza estaba cubierta con un saco negro y tenía la ropa sucia, dio un paso atrás con desdén.
Sin embargo, Candice se aferró más y se negó a soltarlo.
Molesto, uno de los vándalos se abalanzó sobre él:
"¡Lárgate de una maldita vez o tendré que golpearlos a los dos!".
Ante esto, el hombre se molestó y lo pateó, haciendo que el rufián cayera al suelo y se quejara de dolor.
De repente, todos sus cómplices gritaron enojados, por lo que Candice aprovechó la oportunidad y buscó a tientas algunos vidrios rotos para cortar la cuerda alrededor de sus muñecas.
Finalmente libre, ella se quitó el saco de la cabeza, encontrándose con los vándalos luchando en el suelo.
No obstante, el hombre que la ayudó ya se estaba yendo, por lo que solamente pudo ver su espalda.
Lo raro era que la había ignorado por completo, ni siquiera la desató y se marchó sin decir una palabra.
Entonces, ¿tenía la intención de salvarla o no?
Sin embargo, a Candice esto le importó muy poco ya que por fin era libre.
Después de suspirar profundamente, ella corrió sin detenerse hasta que llegó a la carretera principal.
¡No podía creer lo que le acababa de suceder!
Iba caminando aturdida sin rumbo fijo cuando un Mercedes Benz negro se detuvo junto a su lado y Greyson salió del interior.
Preguntándose cómo la había encontrado, Candice se puso pálida y dio instintivamente un paso atrás.
¿Sería que sabía que seguía viva y había venido a matarla en persona?
Greyson observó el semblante de su exmujer y se dio cuenta de que estaba a la defensiva. Entonces se le acercó más con un rostro sombrío.
Como resultado, ella dio otro paso atrás y preguntó entre dientes:
"¿Estás decepcionado de que siga con vida?".
"¿Qué?", gruñó él.
"¿No me quieres muerta?".
"No entiendo. ¿De qué estás hablando?", agregó Greyson, "¿Por qué te alejas de mí? ¿Hiciste algo de lo que te sientas culpable?".
Al ver que Candice no respondía, exigió con impaciencia:
"Alguien secuestró a Madilyn. ¿Estás involucrada en eso?".
La joven estaba atónita.
¿Alguien había secuestrado a Madilyn? ¿Cómo era eso posible? ¿Y si se había enterado de que se escapó y ahora quería incriminarla?
Pero como ella seguía callada, Greyson le dirigió una mirada sombría y advirtió:
"Será mejor que no hagas ninguna tontería, porque si algo le pasa a Madilyn, ¡te juro que te mataré!".