La policía tardó un día y una noche en encontrar a Madilyn.
Tan pronto como recibió la noticia, Candice corrió a la comisaría. Mientras entraba al lugar, escuchó a Madilyn gritar.
"¡Seguro fue Candice Blake! ¡Ella es la única que me haría algo así! ¡Esa mujer trató de arruinar mi vida para que Greyson me despreciara!".
En ese momento, el hombre ya había llegado a la comisaría y la sostenía en sus brazos.
"Grey, gracias a Dios estás aquí. Estoy tan asustada. Tenía mucho miedo de no volver a verte", sollozó Madilyn.
"Tranquila, todo está bien ahora. Ya no hay nada que temer. Ya estoy contigo", le dijo Greyson mientras le daba unas suaves palmaditas en la espalda para tranquilizarla.
"Lo investigaremos a fondo. Todavía no podemos emprender acciones contra Candice Blake, ya que no tenemos pruebas. Por favor, cálmese, señorita", explicó pacientemente el policía.
"¿Qué más pruebas necesita? Puede verificar los antecedentes de ella. Esta no es la primera vez que atenta contra mí. Tres años atrás, ¡esa mujer me secuestró! ¡Ahora lo hizo de nuevo!".
Madilyn lloró dramáticamente, haciendo un buen uso de sus habilidades de actuación.
"¡Casi me violan! Si no hubieran llegado a tiempo, no tendría la cara para volver a ver a Grey ahora...".
Si bien Madilyn era una mujer hermosa, su cabello alborotado y el rastro de suciedad en su rostro la hacían parecer más frágil y lamentable.
El policía sintió pena de verla en ese estado, por lo que trató de tranquilizarla repetidamente:
"Todo está bien ahora. No llore, señorita. Llegaremos al fondo de esto".
En ese momento, Candice entró y, al presenciar esa escena tan patética, pensó que su cabeza iba a estallar y se sintió molesta.
Por su parte, Greyson se quedó estupefacto cuando levantó la cabeza y la vio.
Ella llevaba un hermoso vestido color bordó y estaba maquillada delicadamente. Se veía muy impresionante. Él nunca antes se había molestado en mirarla de cerca. Sin embargo, ahora se daba cuenta de que ella parecía un poco diferente de la Candice que él conocía.
Tenía un rostro hermoso, un cuello suave y un cuerpo sensual. No llevaba joyas, pero no necesitaba hacerlo, ya que su piel era lo suficientemente radiante. Su largo cabello fluía con cierta naturalidad sobre su pecho.
¡Incluso se veía aún más impresionante que Madilyn!
De hecho, esta última estaba celosa. Jamás había visto a Candice vestirse así antes. ¿Cómo podía ser tan elegante y hermosa?
El policía también la vio y preguntó:
"¿Es usted, Candice Blake? Esta señorita afirma que acosó a su novio e incluso contrató a alguien para violarla".
Candice sonrió divertida. Luego respondió a propósito:
"¿Yo acosé a su novio? Señor, debe haber un error. Ese hombre frente a usted es mi esposo".
Ella miró a Greyson con frialdad e indiferencia. Como no podían hacer público su divorcio todavía, ellos tenían que actuar como una pareja frente a los extraños. Así que ella tenía el control de todo en ese instante.
De pronto, un rastro de vergüenza brilló en el rostro de Greyson.
Madilyn estaba en shock y no sabía cómo refutar las palabras de Candice.
El policía la miró muy sorprendido y la regañó:
"¡Así que usted no es su novia! Entonces, ¿qué está haciendo con él? Ya que claramente esto es un asunto familiar, deberían resolver este asunto en casa. ¡Tenemos cosas más importantes de las que ocuparnos ahora!".
Su consideración y simpatía por Madilyn se desvaneció de inmediato. Al final resultó que ni siquiera era la novia de Greyson. ¿Cómo podía ser tan descarada?
Otro oficial se acercó y dijo con severidad:
"Creo que deberían irse todos a casa. Esta dama debe estar muy asustada por lo que le ocurrió, pero no parece herida. Aunque acusa a la señora Blake de secuestrarla, no hay pruebas que demuestren que eso es cierto. Continuaremos con nuestras investigaciones. Me pondré en contacto cuando tengamos algún progreso".
Madilyn estaba molesta y se enfurruñó porque ella había hecho todo lo posible para orquestar ese supuesto secuestro. ¿Cómo podría estar dispuesta a irse ahora sin haber obtenido ningún beneficio?
De repente se arremangó y replicó, enfadada:
"¿Quién dijo que no estoy herida? ¡Mire todos estos moretones por todo mi cuerpo! ¡Esa mujer contrató a alguien para que me hiciera esto!".
Su piel estaba magullada por todas partes.
Definitivamente ella era buena fingiendo. Miró en silencio a Greyson con lágrimas en los ojos, mientras se mordía el labio lastimosamente.
Se veía tan lamentable que cualquier hombre se apiadaría de ella. Incluso los dos policías fruncieron el ceño al mismo tiempo al ver los moretones.
Candice suspiró con fastidio.
No había dudas de que Madilyn estaba haciendo todo lo posible para incriminarla.
De pronto Greyson sintió que su rabia crecía en su interior y fulminó a su exesposa con la mirada. Inesperadamente, Candice abofeteó a Madilyn con fuerza en la cara.
Todos quedaron estupefactos por ese arrebato tan inesperado.