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Historia
La Reina De Los Caídos

La Reina De Los Caídos

Autor: Sol Walton
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Capítulo 1 Los Caídos.

Palabras:5629    |    Actualizado en: 13/06/2021

e por el ventanal desde la cocina. Las gotas caían desde el cielo y poco a p

gracias al viento y vio como su ama estaba en

rcó luego de ver el

n la tormenta, las gotas caían sobre ella y también sobre el periód

do que entre

y sonrío levemente. A

ruñeron levemente ante su cercanía. Era sabido que odiaban a toda p

bien,

ventana, no pudo evitar pensar que Emmeline siemp

giró a ver quien era. No eran horas de visita y con este temporal no era nada que

esitan, Hobson! —Exclamó alegre pasando. —

nte el mejor amigo de su ama. Markus cerró y colgó su para

está E

jardín,

podía llegar a ella. Tanto la criada como el mayordomo miraron apenados como é

ue poner una mano sobre Sable cuando empezó a gr

a! —Exclamó. —Que

es así? Asusta

s y una larga gabardina, todo el mismo color negro. También se habían puesto exagerados accesorios como anteojos de sol y u

los lentes y se sentó frente a ella en la

hora

endo y creo que so

r lo que no le sorprendió ni en lo más mínimo que sea perseguido. Pero el detalle que haya dicho

había pisado estas tierras, era imposible de que haya alguno suelto por allí. L

uminados estaría

udo que sea pa

chivo, muy delicadamente se lo extiende con

los árboles estaban curvados hacia atrás en forma de espiral, el césped había perdido color y había un agujero

meteorito o algo por el estil

ía varios huecos más en d

e trabajan con Dios. Cuando hubo la rebelión de Lucifer y fue desterrado, cayó junto a vari

tono de voz fue serio aunque

ospecho que son los ilumina

no tenía lógica. Se sabía que él esquivaba una nueva guerra contra Dios. Al mandar

e él también

egó los archivos a su lacayo, quie

s hecho,

o hice un truquito par

de sus cejas, qu

o, y me creyeron. Me dejaron ganar, todo un logro, pero pue

aba contando. Entendía, grandes cooperaciones deseaban encontrar iluminados, así

estás tan

más, si te gusta estafar enton

mente abre la bo

solo contra l

sean los ilum

s se

será la última vez que

anterior, y la anterior de la a

apetecía estar en el ja

z que vimos a un iluminado éram

N

unos de tus contactos y… ¡

o le gustaba cuando trataban a su lacayo como un ju

tus pe

ante le gruñeron cosa que hiz

firme. —Soporta las

caminó a su par hast

me regala

tado, ya era algo obvio q

semana pasada. —L

vida es

búscate

dejándolo en el pasillo. Markus tuvo una pataleta maldicie

do de la puerta con el puño sobre su corazón. Seguía impresio

dejarlo solo? —El lacayo,

ismo, encontrará u

uestionable. ¿Cómo podría Markus defenderse solo de un iluminado? Apenas podía huir de l

lgo más m

retirarte.

mi señora.

le ocurría en la cabeza. Siempre se la veía muy digna, fría y ortodoxa. Nunca la había visto en alguna situación embarazosa o complicada, y tenerla de referencia hacia que

ra hablarse sin tanto respeto aunque Aren pasaba la mayoría de tiempo con Emmeline cosa que hací

ta de Markus me

ó en la isla y se frotó la nuca, sentía todo su c

uería e

meline. —Respondió.

acudió l

ventureras, me alegra de verlo. —Con

eligro.

, ninguna tarea o le aficionaba hacer algo. Su tiempo se basaba en sentarse en el jardín a leer

umbrada a ello. Cuando se sentó en la cama, Espiga fue a sentarse entre sus p

os. Markus era la única persona que podía considerarlo parte de su familia y le m

ando se acostó

incómoda. Habían desaparecido antes de la llegada

no sería necesario perseguir a Markus para encontrar a uno. Había salvado a Markus de muchas cosas, la mayoría se limitaba a est

cama y miró de mala gana

s.» Pensó, pon

as eran de ocho lugares distintos y en un mapa le marcó la ubicación de cada una. ¿Por

eron meteoritos, la evidencia del impacto era muy grande. Pocos meteoritos eran tan grandes para d

ones y terremotos de un radio de cincuenta y cinco kilómetros. En cambio, una caída especifica causó casi el tiple de las demás.

ado con un rang

dos por lo que siempre eran los mismos; Emmeline, Aren, Hobson, Lila y Victoria. Las últimas dos eran las encargadas de la limpie

e estaba él. Depositó el c

ió hacia ellos. Su rostro estaba iluminado, ya lo sé veía tan apagado como hace

nos

nos

é en sus tazas y Emmeline toma asiento, dejando aun costado el

tratado, m

aber por qué los il

tuvo el

n. —Alentó. —Di

lia, ellos podrían saber más sobre el asunto. Tie

or Markus. —Respondió. —No lo

sta, más de una vez ella había contado pequeñas cosas sobre ellos pero siempre

nido problemas res

, una pelea familiar al cual

en esto pri

supue

s dudas en la punta de su boca. Era de mala educación segu

de desayunar, el

a buscar

sint

uesto, m

e sentía paranoico de protegerla en la

su estilo esté bien, las décadas traían nuevos estilos y para alguien q

o desprolijo y caminó hacia la salida. Sable, Furia, Espiga cami

ecadente casa donde vivía, con el césped muy crecido, la correspondencia desbordando y cayendo al suelo.

rdín y llegó a la puerta, cuan

tan solitario como Markus podría dejar la puert

. Todo su interior era un desastre, casi no tenía muebles al punto que

e doy tanto dinero y ni siquier

primer piso están vacías. Cuando lo hizo subió las escaleras. Sa

vó la poca higiene que estaba teniendo. No tenía productos para

había sacado todas las divisiones para

imaginó que ganase tanto. ¿Por qué le pedía dinero

ersonales, teléfono, llave, y varias tarjetas d

ados se lo

y los restos esparcidos en el suelo. La cama hecha un desastre, como si lo hubiesen agarrado cuan

e que haga,

rando como varios vidrio

mueble, al abrirlo miró curiosamente entre su ropa hasta encon

. —Le ex

on la cabeza y sujetó la prenda. «¿Ir detrá

ndo profundamente. Cuando volvió a abrirlos, sus ojos norm

te

ne le

n he

dez en el pecho y un nudo en la garganta cuando se reproducía una y ot

condujo preocupado hacia d

a Aren. ¿Qué te

s, estaban acostados sobre los asientos con las or

omento adecuado de deci

donde lo tienen? —Cuestionó.

anquilizaban; su apellido y las estadísticas. Sólo ha

remos

levemente c

uesto, m

de otro junto a algunas que otras discotecas. Las calles parecían estar llenas de personas, todos tenían un estilo muy pa

Aren tuvo que disminuir la velocidad logrando que

argas filas para entrar y algunos que merodeaban que tenían apariencia de ser los típicos cuervo

estamo

l lugar más peligroso del estado. Nunca

e era Lucifer, no obstante, dejaron de imaginarlo como un monstruo o bestia cuando testigos aseguraron

te narcisista de su parte

ar. Los que están aquí es porque ya están en un ambiente turbulen

la c

ue son ilumina

volver, m

N

casino donde había casi una cuadra y media de fila para entrar. Los co

to, miró con curiosidad

uevamente sintió el nudo en la garganta queriendo so

o. No me

i se enteraba que no estaba secuestrado y en realidad

uridad, no haré u

ntió al

aquí, mi

able, Furia y Espiga se movie

ue vigilaba la entrada. Al instante que se acercó, el homb

na Bo

de sorpresa y miró hacia el vehículo con la intención de t

obre guardia no quiso meterse en problemas por lo que sac

que habían escuchado antes a Aren quisieron verla de cerca, ver su rostro, pero la capuc

ron a ver a la misteriosa dama que vestía de negro, tenía un lacayo y tres monstru

s colmillos hacia todos a su alrededor causa

quinas, la música electrónica era suave y casi inaudible a compa

trás de las paredes falsas se escuchaba un tono de músi

pecie de l

eden p

e interpuso en su camino

ar la cabeza.—No es como si fuese un

sacudió

ejarla pasa

tando mentalmente las personas a su

otra parte, sabien

comida y bebida. Todos estaban tirados cómodamente en asientos individuales al estilo Tronos. No habí

or negro que comenzaba en la puerta de entr

ife

llevaba uvas a la boca y él masticaba suavemente. En sus pies estaban los

s. Con rasgos faciales como cabello negro azabache, piel clara y luminosa, ojos color celeste puro y fracc

o, no lucha para obtener un poco más, sino que se sienta s

convencer, los mundanos se exigían tantas reglas y colocaban tan

ajest

o fuera, en su casino, la puerta se abrió bruscamente y atrajo la atenci

que tenía de perros guardianes caminaron a su lado, se notaba lo furiosos y ansiosos de atacar en sus expresiones.

te al trono de Lucifer. La música cesó y él se aco

trás y levantó su mentón enseñando quien era. Lo primero que logró ver fue el cabello ne

onos de su alrededor habló. —¡Entrar sin

endo las expresiones duras

Respondió, con la m

s de lo tonta que se estaba comportando la pelinegra

quien era. No recibió un cofre lleno de joyas de su parte, al contrario, Em

ndo el codo en el apoyabrazos y m

migo. —Ignoró su preg

nó la cabeza

reguntad

no sepa que a veces no

sus ojos. Miró a los tres perros guardianes deten

e sacaste

porque res

on de pie de sus asientos y se arrodillaron. C

irada en él, el contacto visual era algo que siempre le gustaba ha

on miradas hasta que finalmente él se puso de cuclillas y estiró la mano hacia sus perros, qui

s caricias de un extraño y no de é

testa y dritte

antuvo su

Furia y

n sus verdaderos nombres. —Aún de cuclill

itología griega. Solo que en cuyo mito, el animal solo era una bestia con tres cabezas, a su diferen

r la sangre de

an sus orejas, regañados y se vuelvan a poner a su lado. Lucifer se quedó en es

erbero y Hades pertenecen a otra dimensión... Diría que er

levemente c

para estar aquí y no me siento afortunada de

versación con un iluminado, pero no olv

ser ese amigo tuyo qu

tentando

e llegó,

los ojos en blanco o querer cogerla de

el honor de s

ridículo que un rey de tal grand

evolverme

a, indignado e irritado por partes iguales p

rás, uno de los sietes iluminados restantes. —¡Ese

la localización de

tarte a mis subordinados. — Emboscó una pequeña sonrisa.

¿También tenía que traer a los siete

ser irónica con Su

no sería necesaria mi presencia

te atr

al aire y rápidamen

nosotros? Somos ochos iluminados y nos tratas con mucha

pondió, de hech

rkus y no habrá

nudillos con sangre ajena. Seguramente tuvo que

tu nombr

dián, protector, estratega

ya.

s ya habían escuchado desde la entrada que era una B

ndo a verla. —Me gusta la diversión y no

iderado.

erido amigo está diciendo cosas falsas, no te im

hándolo. —Se encogió de hombros. — Supongo que tampoco sabes la grave

uiero cazar a

otivo del regreso de los iluminados. De todas form

ubiese ardido apenas abrió la boca. No obstante, no estaba en su reino y no podía hacer lo que se le antojara con

ue él amaba

ccederé a que mis homb

nsistencia en sab

debería ser

s labios asintiendo le

e Dahlia

fectamente el por qu

muró. —Pensé que n

s mi ap

es en el mundo mágico. Ellos eran especiales dada que su inmortalidad los

los inmortales fav

vori

os favoritos ¿Por qué t

, Nəsil y más. Pero claro, su inmortalidad venía acompañada con otros dones, en cambio, las cinco famili

tenían inmortalidad pero con ciertos objetos; como la plata en hombre lobos y el agua bendita en vampiros, podían acabarl

ió, alzando una

el contacto visual p

—Caminó hacía su trono.

nadie s

al pobre Markus que caminaba torpemente intentando seguirle el ritmo al grandulón. Markus vi

e! ¡Vinis

a mirada. Est

para abrazarla pero lo detiene Espiga cuando co

a Bonde a tu lado. —Coment

frenéticamente

lo hinchado y un corte en sus labios. Su

seguía mirándola. —No hay mejor

eline se apresuró a negar ant

o tenemos cos

se giró retiránd

ero Lucifer alzó su mano en el

l se llevó una mano

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