Caroline quiso negarse, pero Verena Mayson ya había entrado corriendo al baño.
Cuando vio el chocolate que tenía en la mano, no pudo evitar sonreír. Sin embargo, su rostro no tardó en ensombrecerse. No pudo evitar pensar en sus dos hijos fallecidos.
Si sus gemelos aún estuvieran vivos, tendrían la misma edad que esa niña. Caroline exhaló un profundo suspiro, agarró su equipaje y se fue inmediatamente.
El conductor la había estado esperando mucho tiempo afuera. En cuanto la vio, agarró respetuosamente su equipaje y le abrió la puerta del auto.
En ese momento, había un Maybach negro estacionado cerca.
"¡Mira, papá!", exclamó Verena con sorpresa. "Esa es la hermosa mujer que vi en el baño".
Damian estaba sentado a su lado, con un traje negro.
Tras una breve pausa, miró en la dirección que su hija estaba señalando, pero solo vio a un vehículo alejarse.
Adentro estaba Caroline revisando su teléfono. De repente, apareció una noticia sobre el Grupo Mayson. Acababa de anunciarse que Damian se casaría dentro de un mes con la hija de la familia Shipley.
Caroline se quedó helada. Los recuerdos de hacía cinco años no tardaron en invadir su mente, y no pudo evitar sonreír con amargura. ¡Qué coincidencia! Los dos se casarían justo cuando ella había regresado.
El auto se detuvo en la entrada de una villa en los suburbios. El conductor se bajó y sacó el equipaje del maletero.
"Señorita Harper, sus padres la han estado esperando desde hace mucho tiempo", comentó sonriendo.
Caroline asintió antes de entrar en la villa. Wilma y Derek Harper se encontraban en la sala de estar. Cuando escucharon el ruido de afuera, se levantaron a toda velocidad.
"¡Mi preciosa hija por fin ha regresado!", exclamó Wilma. Con una sonrisa, se acercó a Caroline y la sostuvo entre sus brazos.
Derek también sonrió.
"Caroline, ¿cómo has estado? Has perdido peso. ¿Te sientes cansada?".
Derek y Wilma la miraron amorosamente, haciendo que ella sintiera cierta calidez en su corazón.
"Papá, mamá, los extrañé mucho".
Caroline había crecido en un orfanato, pero cinco años atrás, descubrió que era la hija perdida de la familia Harper. Fueron Derek y Wilma quienes la salvaron cuando estaba a punto de morir en la sala de emergencias.
En estos últimos años, Caroline había estado en el extranjero, por lo que solo vio a sus padres unas cuantas veces.
La familia disfrutó de una buena cena, charlando y riendo alegremente. Una vez que terminaron, Caroline recibió una llamada de Amanda Newman, su mejor amiga.
Apenas contestó su teléfono, escuchó la voz triste de Amanda desde el otro lado de la línea.
"Caroline, no podré ir a verte esta noche".
"¿Qué pasó?", preguntó ella, con el ceño ligeramente fruncido.
"Stanley me mintió. Me dijo que estaba en un viaje de negocios, pero lo vi en un hotel con una mujer en sus brazos. Ese bastardo me está engañando. ¿Qué debo hacer ahora?".
"No te preocupes, envíame tu ubicación y estaré ahí".
Después de terminar la llamada, Caroline se despidió de Wilma y salió de la villa a toda prisa.
Luego, condujo hasta la entrada del hotel y llamó a Amanda.
"¿Dónde estás?", preguntó.
"En la habitación 6079. Quiero desquitarme con Stanley y su amante, pero me temo que no soy rival para ellos, así que ven rápido".
Caroline entró al hotel y se dirigió a la habitación que Amanda había mencionado. Sin embargo, cuando llegó, todo estaba vacío. Ni siquiera Amanda estaba a la vista. De repente, escuchó el agua correr en el baño.
Adentro estaba Damian, empapado en la bañera mientras hablaba con alguien por teléfono.
"He ordenado un servicio especial para ti. Te prometo que la mujer es muy hermosa, así que estarás satisfecho".
"No es necesario", respondió él.
"Damian, lo estoy haciendo por tu propio bien. Estás enfermo y necesitas que te curen. No te preocupes, no se lo diré a Ximena".
Afuera del baño, Caroline miró alrededor de la habitación con el ceño fruncido. Estaba a punto de llamar a Amanda cuando la puerta del baño se abrió repentinamente. Damian salió vestido con una bata de baño. Su cabello goteaba y su hermoso rostro estaba fríamente inexpresivo.
Caroline se congeló cuando sus ojos se encontraron.