En poco tiempo, los titulares de toda Adephia informaron la noticia sobre el regreso de la desaparecida hija de los Harper y su toma de mando de la empresa.
Caroline estaba revisando unos proyectos en su oficina cuando sonó su teléfono.
"¿Hola?".
"Señorita Harper, tenemos un pedido privado. Un cliente quiere pagar cincuenta millones para que le diseñemos un vestido de novia. ¿Lo aceptamos?".
"Sí, esta tarde iré a Serenity Design para concertar una cita con el cliente".
"Está bien, señorita Harper".
Tras colgar el teléfono, Caroline volvió a los documentos que estaba revisando. De repente, se quedó congelada.
Cuando recuperó el sentido, preguntó:
"¿Es Ximena la protagonista de La Leyenda de Talia?".
Su asistente asintió.
"Sí, señorita Harper. Lo decidieron el productor y el director. Esta tarde firmará el contrato".
"Ximena es pianista y no tiene ningún talento como actriz. ¿Cómo puede ser la protagonista de esa obra?".
Ximena se había convertido en una popular pianista. Había lanzado muchos discos y tenía varios admiradores. Ya había hecho una película, la cual Caroline había visto, y sus habilidades de actuación eran pésimas.
"Infórmale a Ximena que ya no firmará el contrato esta tarde", ordenó. "Necesitamos a alguien más".
"Pero, señorita Harper...".
"Esta obra es nuestra mayor inversión de este año. Estaremos gastando cientos de millones de dólares, ¿y la protagonista ni siquiera es una verdadera actriz? Sus dotes actorales son un desastre. ¿Cuánto le pagó Ximena al director y al productor para conseguir ese papel?".
"Ahora mismo me ocuparé de eso, señorita Harper", se apresuró a contestar el asistente.
Caroline no mezclaba sus problemas personales con el trabajo. Era bastante cierto que Ximena no merecía ser la protagonista.
Tras ocuparse de los asuntos de Horizon Entertainment, Caroline almorzó antes de irse a Serenity Design.
Hacía cinco años, Ximena le pisó la mano en el hospital. Había quedado gravemente herida, así que ya no podía tocar el piano. Sin embargo, por suerte fue lo suficientemente inteligente como para tener otra idea, y así estudió diseño de modas en el extranjero. Luego, tres años atrás, fundó Serenity Design.
En cuanto llegó a la empresa, su asistente Nola Marshal le informó sobre el encargo.
"Señorita Harper, la señorita Shipley la está esperando en la recepción. Ella es la clienta que quiere que le diseñe un vestido de novia a un precio elevado".
Caroline dio un leve asentimiento y se dirigió a la sala de recepción. Adentro había dos personas sentadas: Ximena y Damian.
El rostro de Caroline no tardó en ensombrecerse, pero fue Ximena la que se sorprendió más al verla.
"Señorita Shipley, señor Mayson, esta es nuestra directora ejecutiva, Callie", la presentó Nola.
Caroline se volvió hacia ella.
"Nola, por favor, retírate".
Solo entonces Ximena se recuperó del susto.
"Caroline, no esperaba que te hubieras convertido en diseñadora", comentó con una sonrisa. "Me parece genial. Damian y yo nos casaremos el próximo mes y quiero que tú me diseñes un vestido de novia".
Aún sonriendo, agarró la mano de su prometido, pero él permaneció inexpresivo y no dijo nada.
En su interior, Ximena estaba a punto de enloquecer de rabia. Ya había enviado a alguien a investigar a Caroline, pero aún no tenía ningún resultado. Como había lastimado su mano, pensó que ahora tendría una vida miserable.
Sin embargo, para su sorpresa, Caroline se había convertido en diseñadora, y era la famosa Callie. ¡Tenía una doble identidad!
Caroline ignoró el tono extravagante de Ximena y declaró con frialdad:
"Lo siento, pero no aceptaré su encargo. Ahora los dos pueden irse".
"¿Qué? ¿Por qué?".
"Porque no quiero".
Tras estas palabras, Caroline se puso de pie y salió de la sala con arrogancia.
"Damian...", murmuró Ximena. Estaba tan enojada que apretó los dientes mientras veía a Caroline alejarse.
"Busquemos otra compañía", sugirió él.
Ximena asintió con abatimiento, pero no pudo evitar comentar:
"Todavía no puedo creer que Callie y Caroline sean la misma persona. ¿De dónde sacó el dinero para fundar una empresa?".
Damian también estaba confundido. Cuando él y Caroline se divorciaron, ella no se llevó ni un solo centavo. Entonces, ¿quién la estaba ayudando?