De camino a casa, el niño ya se había quedado dormido en el hombro de Caroline. Al ver su pequeño e inocente rostro, ella sintió que su corazón se ablandaba.
Al día siguiente, Caroline se despertó, se lavó y bajó las escaleras, donde la esperaba un suculento desayuno sobre la mesa.
Ella se quedó congelada. Pero el niño se puso de pie y la llevó al comedor.
"¿Tú compraste todo esto?".
Después de asentir, él sacó papel y lápiz y escribió rápidamente:
"Gracias por cuidarme. Vamos a desayunar".
Caroline se quedó atónita durante unos segundos. Con razón el niño no le había dicho nada anoche. Era mudo, pero le sorprendía que tuviera una buena caligrafía. Aunque no podía hablar, se daba cuenta de que era muy inteligente.
"Eres increíble, pero es peligroso salir solo, así que no lo vuelvas a hacer, ¿de acuerdo? Por cierto, ¿podrías decirme tu nombre?".
El pequeño volvió a escribir en el papel.
"Vincent Mayson".
Caroline se quedó atónita al leer su apellido.
Había escuchado en las noticias que Damian y Ximena tuvieron hijos hacía cinco años.
¿Acaso era ese niño? Tal vez era solo una coincidencia que su apellido fuera Mayson. Mientras estaba perdida en sus pensamientos, sonó el timbre, por lo que se preguntó quién podría visitarla tan temprano. No obstante, se puso de pie para abrir la puerta.
Afuera había un hombre y una mujer. Sus ojos se volvieron fríos en cuanto se encontró con sus rostros familiares.
No esperaba ver a Damian y Ximena en su puerta.
Ximena estaba más que sorprendida. Jamás esperó volver a encontrarse con Caroline. ¿Qué estaba haciendo en Adephia? ¿No había muerto ese día en el hospital? Su expresión se transformó en cuanto vio a Vincent sentado a la mesa.
"Caroline, ¿cómo te atreves a llevarte a mi hijo?", espetó.
Luego, entró corriendo al apartamento y se acercó a Vincent.
Damian miró a Caroline con el ceño fruncido.
"¿Qué está haciendo Vincent aquí?".
Caroline no esperaba que ese niño realmente fuera el hijo de Damian y Ximena. Antes de que ella pudiera responder, Ximena se volvió hacia ellos y agarró la mano de Vincent.
"¿Cuáles son tus intenciones? Hace ocho años, me atropellaste a propósito, y ahora te llevaste a mi hijo. ¿Por qué quieres arruinarme la vida una y otra vez?".
En cuanto pronunció esas palabras, Vincent sacudió su mano, se paró frente a Caroline y fulminó a Ximena con la mirada.
"¡Vincent! Tú...".
Ximena estuvo a punto de estallar de rabia.
Con una expresión sombría, Caroline la miró fijamente.
"No sabía que era tu hijo. Tú lo dejaste solo afuera en medio de la noche. Tenía miedo de que estuviera en peligro, así que me lo llevé".
"No te creo, debes tener malas intenciones".
"Si tuviera malas intenciones, ¿por qué llamé a la policía? ¿Cómo sabías que yo estaba aquí? Lo sabes porque fuiste a la comisaría y obtuviste mi dirección, ¿verdad?".
Ximena se quedó muda, sin saber cómo responder. En ese momento, Vincent empezó a escribir en un papel:
"Mi mamá me regañó, así que salí a buscar a mi papá. Pero no pude encontrarlo y me perdí. Por suerte, esta hermosa mujer me llevó con ella".
Damian finalmente entendió lo sucedido y se volvió hacia Caroline.
"Ximena te malinterpretó, lo lamento", dijo lentamente. "Gracias por cuidar de Vincent".
Luego, miró a su prometida y a su hijo. "Vamos".
Ximena tenía una mirada renuente, pero no dijo nada. Los tres se fueron juntos.
Antes de salir, Vincent miró a Caroline con anhelo, pero ella no respondió.