En cuanto entró a la habitación, lo primero que Valerie escuchó fue el sonido del agua corriendo.
Habiendo colocado la bata, la secadora de cabello y la pijama para él sobre el sofá, ella tomó asiento.
Después de un rato, Edwin salió del baño y la miró durante unos instantes.
Hacía cinco años, la joven era adorable, no obstante, ahora parecía un robot. Sin importar lo que sucediera, ella jamás reaccionaba, ¡era tan aburrida que resultaba irritante!
"¿Qué haces ahí sentada?", preguntó Edwin, arrojándole la toalla sobre la cabeza.