En ese momento, Valerie tuvo que hacer varias paradas en distintas tiendas de café y té de burbujas en un centro comercial cercano para comprar todas las bebidas que querían sus compañeros de trabajo.
Entró en cada una de las tiendas con una nota en su mano. Cuando terminó de comprar todas las bebidas, estaba agotada y cubierta de sudor.
Incluso su visión se volvió borrosa y tuvo que morderse el labio inferior con mucha fuerza para evitar colapsar en la calle.