Loraine volteó los ojos no bien vio a la siempre arrogante Marina. "¿Por qué no puedo estar aquí? ¿Eres la dueña del lugar?", cuestionó.
Al recordar cómo Marco la regañó y le bloqueó sus tarjetas bancarias por culpa de esta mujer, Marina se enojó mucho, y tras escanearla de pies a cabeza, dijo sarcásticamente: "Parece que todavía no te ubicas. ¡Hola! Ya no eres la esposa de mi hermano. No eres más que una pobretona de barrio. ¿Cómo vienes aquí? ¿Siquiera tienes suficiente dinero para comprar el vestido más barato de esta tienda?".