Solo unos pocos minutos lo llevó a Marco llegar al centro comercial.
Cuando Marina lo vio a lo lejos, inmediatamente su rostro se iluminó. Enseguida, ella corrió hacia él.
"¡Gracias a Dios, al fin llegaste! Me alegra saber que todavía te preocupas por mí".
Con lágrimas en los ojos, Marina giró su rostro hacia un lado y le mostró su mejilla roja e hinchada.
"¡Mira, Loraine me golpeó! ¡Me duele muchísimo! ¡Tienes que ayudarme a vengarme de ella!".
Ver así a su hermana solo aumentó la molestia de Marco.
En ese preciso momento, Loraine y Cayson salieron juntos del centro comercial.