"¿Perdón? ¿Quién es su hijo?", preguntó Loraine con el ceño fruncido.
"¡Barr Powell!", exclamó el hombre.
Al parecer, Barr había ido a quejarse con su padre sobre lo sucedido.
Sin embargo, Loraine no se asustó en absoluto, por el contrario, respondió con serenidad: "Su hijo no solo es un incompetente, sino también un tramposo. ¡Es bastante justo que se haya quedado sin empleo! Y siendo sincera, tampoco le veo futuro en la industria. Pero como todavía es joven, debería aconsejarle que estudie otra carrera antes de que sea demasiado tarde".
Sus palabras echaron más leña al fuego, lo que hizo que el hombre levantara la voz: "¿Cómo te atreves a hablarme así? ¿Tienes idea de quién soy?".