Mientras Lucinda escuchaba música relajante, saboreaba la deliciosa mousse de chocolate preparada por el pastelero francés.
De repente, un hombre le extendió la mano y le propuso: "Señorita, ¿me harías el favor de bailar conmigo?".
Al escuchar eso, Lucinda levantó la cabeza y, al ver que era Nathaniel, su apetito se arruinó de inmediato.
Tan pronto ella lo miró, Nathaniel quedó impresionado por su belleza.
De hecho, esa era la primera vez que él la miraba tan atentamente y descubrió que los rasgos de la mujer eran perfectos. La apariencia de Lucinda era deslumbrante, con su piel suave y sin imperfecciones.
Él no pudo evitar pensar en lo hermosa que era su exesposa, particularmente en la belleza de sus ojos, que eran claros, brillantes y potentes.
Nathaniel estaba tan cautivado que no podía apartar la mirada, pues sus ojos le resultaron familiares.
De repente, la expresión fría y desdeñosa de Lucinda lo hizo salir de su aturdimiento y volver a la realidad. "Lo siento, señor Roberts. No eres lo suficientemente bueno para bailar conmigo", le dijo ella.
Las personas que estaban pasando por el lugar quedaron desconcertadas al escuchar eso.
¡Esa mujer era una ególatra!
¿Cómo era posible que ella se atreviera a decir que el señor Roberts no era lo suficientemente bueno?
La expresión de Nathaniel se volvió sombría y su buen humor se esfumó.
A pesar de eso, él mantuvo la compostura y le dijo con una sonrisa falsa: "Vamos, es solo un baile. ¿Acaso tienes miedo?".
La chica se puso incluso más seria. ¿Ese hombre estaba tratando de obligarla a decir que sí?
¡Qué desvergonzado! ¿Acaso Nathaniel no había entendido lo que ella acababa de decirle?
Cuando ambos volvieron a mirarse a los ojos, pudieron sentir la ira del otro.
La tensión en el ambiente siguió creciendo, así que Cyrus se puso de pie con una sonrisa y le dijo al hombre: "Yo vine con Lucinda. ¿Por qué quieres alejarla de mí?".
Luego, él apartó la mano de Nathaniel y dirigió la mirada hacia Eleanor: "Es mejor que invites a tu amiga o podría ponerse celosa".
Sin embargo, Nathaniel no se movió.
Lucinda se estaba irritando. Ella le murmuró algo a su hermano y luego se fue al jardín del hotel.