Sin inmutarse, Lucinda levantó la mano y señaló a Vivien.
"Pregúntaselo tú mismo".
La chica seguía tosiendo, y su cara se había puesto roja por ello. Señaló a Lucinda con un dedo tembloroso, pero no pudo decir nada.
Al verla así, Eleanor miró a Lucinda con decepción. "Ella era de tu familia. Quizá te haya ofendido, pero se disculpó. ¿Cómo puedes intimidarla de esta forma? Es solo una chica. Antes eras una persona amable. ¿Desde cuándo te has vuelto tan mezquina y despiadada?".
En cuanto terminó de hablar, todos asintieron al unísono y miraron a Lucinda con disgusto.
Vivien interpretó obedientemente el papel de víctima maltratada, tosiendo y llorando de forma convincente.
Al presenciar la escena, la multitud se puso a murmurar. Después de todo, la víctima era un miembro de la familia Roberts. Estaba claro que Vivien tenía razón y Lucinda no.
Nathaniel no dijo nada. Se limitó a mirar hoscamente a su exesposa.
Molesta por su silencio, esta soltó con frialdad: "Tú eres quien mejor conoce a tu hermana. ¿También crees que la acosé sin motivo?".
El hombre apretó los labios con fuerza, negándose a decir una palabra. Sin embargo, la mirada dudosa de sus ojos delataba sus verdaderos sentimientos.
Lucinda esbozó una sonrisa amarga. ¿Cuándo había confiado él en ella?
Pero en lugar de dar explicaciones, decidió no malgastar saliva con aquella gente.
Se dio la vuelta para marcharse, pero varias amigas de Vivien la rodearon amenazadoramente.
"¡Alto ahí! ¿De verdad crees que puedes irte después de que Vivien haya recibido una paliza? No lo creo".
"¡Sí! No puedes irte así como así".
Lucinda no pudo evitar resoplar indignada. Antes de que pudiera replicar, vio a Cyrus zigzagueando entre la multitud hacia ella.
A las mujeres se les iluminaron los ojos en cuanto lo vieron.
"Señor Simmons, ¿ha visto lo que ha pasado? Esta mujer es muy mala".