Nathaniel miró a Vivien con decepción mezclada con rabia.
"Eres imposible", murmuró exasperado.
Luego le soltó la mano y ladró: "Estás castigada. No puedes ir a ninguna parte sin mi permiso. Vuelve a casa y reflexiona sobre tus acciones".
Dicho eso, tomó a Eleanor de la mano y se marchó furioso.
Vivien intentó perseguirlos, pero Flynn la detuvo. Encontrándose en esa situación, lo único que podía hacer era llorar y pedir clemencia.
Al final, la llevaron de vuelta a la residencia de la familia Roberts.
Estaba tan enfadada que empezó a destrozar cosas dentro de su dormitorio. No pasó mucho tiempo antes de que la habitación fuera un completo desastre.